Desde siempre he sentido una necesidad el honrar a los animales que han pasado en mi vida. Este año, tras la pérdida de muchos a mi alrededor, inclusive Canuto que era parte de mi familia, sentí que debía de realizarles un altar para el día de muertos.
El día de muertos es fruto del sincretismo entre la cultura mesoamericana y la tradición católica que fue llevada por los españoles en el s. XVI. Es la mezcla de una diversidad de cosmovisiones en las que se entrelazan el mundo de los vivos y los muertos (la luz y la oscuridad).
En 2003 fue reconocido por la UNESCO como Patrimonio Inmaterial y es que uno de los factores por los que es tan popular fuera de las fronteras de México es porque trata de transformar la tristeza en alegría honrando a sus seres queridos ya que “no se muere si uno es recordado”.
ELEMENTOS DEL ALTAR
- Papel Picado- Representa el aliento vital y la alegría de la festividad. Al moverse representa las almas de los difuntos que llegan a su ofrenda.
- Xoloizcuintle- Xolotl, dios del inframundo, creó a este perro a partir del hueso de la vida. Guía a los muertos en su camino por el Mictlán (el inframundo
mesoamericano) y protege los hogares de los espíritus malignos.
- Agua- Conmemora la pureza del alma y la regeneración de la vida. Además calma la sed después del largo viaje recorrido.
- Pan de muertos– Simboliza el sacramento de la eucaristía en el cristianismo y los huesos de los difuntos.
- Cruz de sal– Es un elemento de purificación que sirve para que el alma no se corrompa en su viaje de ida y vuelta.
- Copal– Quemarlo en el altar purifica las almas y guía a los difuntos hacia su ofrenda.
- Alimentos y objetos personales– En todo altar es habitual poner alimentos y comidas que le gustaban a los que queremos recordar para festejar su llegada así como sus objetos personales.
- Calaveras de azúcar– Nos recuerdan que todos somos mortales.
- Semillas– Sirven de alimento en la marcha del difunto en el camino de vuelta.
- Velas y fotografías– Guían en la oscuridad a los difuntos a su altar, así como a reconocerse en las fotografías y los objetos personales que dejamos en la ofrenda.
- Flores cempasúchil– Llamada rosa de los muertos. Guía con su color y su olor a los difuntos a su ofrenda. Representa el sol, el calor y la vida en el camino de los muertos.
- Se incluyen también objetos artesanales, juguetes y de la cultura popular
LOS COLORES EN EL ALTAR
- Amarillo: Para recordar a los que murieron ancianos.
- Naranja: Respeto y luto por los difuntos. Se dice que es el único color que pueden visualizar los muertos desde el inframundo hasta su ofrenda.
- Morado: En referencia al catolicismo y la cuaresma.
- Rojo: en honor a los fallecidos en la guerra y a las mujeres durante el parto.
- Azul: Por aquellos fallecidos en relación al agua.
- Blanco: En relación a la pureza e inocencia de los que fallecieron siendo niños.
- Verde: En relación a los que murieron siendo jóvenes.
- Rosa: En representación a la tierra de México.
- Negro: En representación al inframundo.
Los altares más complejos están divididos en escalera con 9 escalones en relación a los 9 submundos o áreas del Mictlán. Los altares más sencillos se dividen en dos en relación al Cielo y la Tierra.
¿CUÁNDO COLOCAR NUESTRO ALTAR?
El día 28 de octubre se colocan ofrendas para aquellos que no tienen a quién acompañar. El día 29 se dedica a los difuntos desamparados y que se fueron sin resolver problemas con sus familiares. El 30 de octubre se dedica a aquellos que fallecieron de forma repentina o en un accidente. El 31 es el dedicado a los ancestros más cercanos, abuelos y bisabuelos. El 1 de noviembre, el día de todos los santos, se dedica a los niños fallecidos. El 2 de noviembre es cuando los difuntos y seres que queremos recordar vienen a visitarnos a nuestra ofrenda y es considerado el día grande de festejo. El día 3 de noviembre se enciende una última vela y se despide a los seres que han venido para que vuelvan el año que viene. Se retirará la ofrenda y en algunos casos el altar se deja hasta el último día del mes.
La tradición y popularidad indica que los alimentos pierden su sabor tras haber estado puestos en el altar, signo de que los ancestros, personas y animales honrados han venido a visitarnos.
En nuestro altar quisimos recordar a todos aquellos animales que recientemente han fallecido, los de mi propia familia y en especial a todos aquellos que fallecieron solos, abandonados o sin nadie que los pudiera recordar.
Todos nuestros recuerdos para ellos, para que se sientan más vivos y queridos que nunca.